miércoles, 11 de abril de 2012

PARRAFOS


Párrafos

 El párrafo sirve para estructurar el contenido del texto y para mostrar formalmente esta organización. Utilizado con acierto facilita el trabajo de comprensión; pero empleado de manera incorrecta o gratuita, puede llegar incluso a entorpecer la lectura.

LA TEORÍA


Definición

Se suele definir el párrafo como un conjunto de frases relacionadas que desarrollan un único tema. Es una unidad intermedia, superior a la oración e inferior al apartado o al texto, con valor gráfico y significativo. Tiene unidad significativa porque trata exclusivamente un tema, subtema o algún aspecto particular en relación con el resto del texto.

Función externa

En los textos breves de dos páginas o menos, el párrafo es trascendental, porque no hay otra unidad jerárquica que clasifique la información y, de este modo, pasa a ser el único responsable de la estructura global del texto. Se encarga de marcar los diversos puntos de que consta un tema, de distinguir las opiniones a favor y en contra, o de señalar un cambio de perspectiva en el discurso. De esta manera, el párrafo llega a asumir funciones específicas dentro del texto: se puede hablar de párrafos de introducción, de conclusión final, de recapitulación, de ejemplos o de resumen.

Estructura interna

Ya en el interior del párrafo, se suelen distinguir varios constituyentes: la entrada inicial, la conclusión, el desarrollo, los marcadores textuales, etc. El elemento más importante es la primera frase, que ocupa la posición más relevante: es lo primero que se lee y, por lo tanto, debe introducir el tema o la idea central. Asimismo, la última frase puede cerrar la unidad con algún comentario global o una recapitulación que recupere algún dato relevante. En medio suele haber varias frases que desarrollan el tema que a veces pueden estructurarse mediante marcadores textuales.

Tipología

El contenido también determina la organización del párrafo. Una argumentación requiere necesariamente tesis, argumentos y tal vez también ejemplos; una narración ordena cronológicamente las frases; una pregunta retórica precede a la respuesta razonada; un contraste de datos (a favor/ en contra, etc.) se articula con marcadores del tipo por una parte, pero, en cambio… Y un párrafo de lista de casos posibles contiene una introducción general y la enumeración correlativa de unidades.

Extensión


Con respecto a la extensión que debe tener el párrafo, no hay directrices absolutas. Varía notablemente según el tipo de texto, el tamaño del soporte o la época histórica. Colby (1971) expone que los párrafos escritos durante el siglo pasado son mucho más largos, en general, que los actuales, para los cuales recomienda un tamaño medio de unas 100-150 palabras.

Recomendación

El aspecto visual parece imponerse a las necesidades internas de extensión. Lo que importa ante todo es que páginas y párrafos ofrezcan una buena imagen e inviten a la lectura. Por lo tanto, la recomendación más sensata es que cada página tenga entre tres y ocho párrafos, y que cada uno contenga entre tres y cuatro frases, aceptando siempre todas las excepciones justificadas que haga falta.



Faltas principales

·     
  •       Desequilibrios. Mezcla anárquica de párrafos largos y cortos sin razón aparente. No existe un orden estructurado.
  •    Repeticiones y desórdenes. Se rompe la unidad significativa por causas diversas: ideas que deberían ir juntas aparecen en párrafos distintos, se repite una misma idea en dos o más párrafos.
  •      Párrafos-frase. El texto no tiene puntos y seguido; cada párrafo consta de una sola frase, más o menos larga. El significado se descompone en una lista inconexa de ideas.
  •     Párrafos-lata. Párrafos excesivamente largos que ocupan casi una página entera. Adquieren la apariencia de bloque espeso de prosa y suelen contener en su interior diversas subunidades.
  •      Párrafos escondidos. El texto está bien ordenado a nivel profundo, pero resulta poco evidente  para el lector, que tiene que leer muy atentamente para descubrir su estructura. La prosa no tiene marcadores ni “muestra” visualmente su organización.



 Introductores

Para muchos, es muy difícil realizar este tipo de párrafo, ya que tiene un contenido importante (indicar el problema, plantear la tesis defendida por quien escribe), ya, finalmente, porque en él el escritor presenta su estilo.
…el inicio de un artículo tiene que resultar atractivo y eficaz, pues de otro modo el lector pasará a otro texto; el final ha de resultar agradable para dejar un buen recuerdo.
     

1)      Introducción-Síntesis

Este tipo de introducción ofrece la ventaja de dar, de forma rápida, informaciones esenciales sobre el contenido del texto.

2)     Introducciones con anécdota             

Las introducciones que incluyen una anécdota, un hecho, una historia, atraen e implican al lector, siempre muy interesado en hechos concretos y en experiencias individuales.


3)     Introducción con breves afirmaciones

La introducción con breves afirmaciones es típica de un estilo periodístico,  fragmentado. Está constituida por  frases breves, formadas por pocas palabras y en   ocasiones sin verbo.
4)     Introducción-cita
Es una de las formas más utilizadas y eficaces para atraer la atención del lector. Puede tratarse de un proverbio, de unos versos de un poeta o de la frase pronunciada o escrita por una persona más o menos famosa.

5)     Introducción-interrogante

La introducción-interrogante plantea un problema. El texto posterior describe su desarrollo y, en ocasiones, añade otros interrogantes que ilustran los diferentes aspectos de la interrogante.

6)     Introducción-analogía

Establece una comparación entre el tema del escrito y otra situación. Su objetivo es explicar el problema con un contexto diferente que sea capaz de atraer la atención del lector.

DE CONCLUSIÓN 

H)  Conclusiones 

El párrafo de conclusión de un texto, al igual que el introductorio, tiene una función particular: la de dejar un buen recuerdo, enviar un postrer mensaje que resuma el sentido del escrito y dar a la lectura un sentido de plenitud.

1)      Conclusión- síntesis

La conclusión-síntesis, muy común en todo tipo de escritos, presenta un breve resumen de las principales ideas del escrito. […]

2)     Conclusión con anécdota

La conclusión con una anécdota, una historia, un hecho concreto, una imagen afortunada, recupera el hilo de todo el texto a través de elementos narrativos o visuales que atraen la fantasía y la imaginación del lector, dejándole un buen recuerdo del escrito. […]
3)     Conclusión con breves afirmaciones
Sigue a un período que representa el verdadero final del texto, y replantea como un eco, una resonancia que profundiza en él. A menudo ese «añadido» está constituido por un fragmento, una frase sin verbo explícito. […]

4)     Conclusión-cita

También en la conclusión de un escrito es posible utilizar citas de todos los tipos,  siempre que se adapten al tema tratado. […]

5)     Conclusión interrogante

La conclusión-interrogante plantea al final del escrito las cuestiones no resueltas, los problemas abiertos a las hipótesis de futuro. […]

6)     Conclusión-analogía

La conclusión-analogía establece un parangón entre el tema tratado y una situación que ofrece similitudes con él, únicamente en el párrafo de conclusión. Se trata de una última imagen o idea que se utiliza para reforzar los asuntos ya tratados en el escrito. […]



Referencias

 Serafini, M. T.  (1996).Capitulo 5. En  Cómo se escribe (pp. 131- 172). México: Paidós.

Cassany, D. (1993). Párrafos. En La cocina de la escritura (pp. 82-93). Barcelona: Editorial Empúries. 

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